No hay nada mejor que disfrutar de las pequeñas cosas de la vida... y yo te invito.

Esa llamada que tanto esperas, reencontrarte con viejos compañeros de clase, hablar con tu amigo de la infancia de mil cosas, pero de ninguna importante. Un mensaje inesperado a las tantas de la madrugada. Que te canten ese final de popurrí del Sheriff, esa presentación de OBDC, o ese pasodoble de Tino que tanto te gustan. Un audio con tu canción favorita. Salir a pasear mientras llueve, sin paraguas. Conocer a gente increíble donde y cuando menos te esperas (en mitad de una calle solitaria, en el trabajo, en la cafetería, en una tienda,...). Que te dediquen una actuación. Abrazos que te dan la vida. Señalar días importantes en el calendario. Esa sensación de libertad al terminar los exámenes de oposiciones. Ese whatsapp que significa "me acuerdo de ti". La última frase de un libro. Ver amanecer después de una fiesta. Reírte sin ningún motivo, y llorar de felicidad.
Descubrir que lo que es sincero no cambia, por muchos años, y por muchas cosas que pasen. Saber que, la vida, quieras o no, va cambiando de color. Entender que los lunes también pueden ser bonitos, y convertir cualquier día en algo especial.
Estar toda la noche sin dormir. Resolver una ecuación matemática a la primera. Cantar hasta quedarte ronca. Mirar las estrellas desde la terraza. Marcar el compás con los nudillos en un servilletero.
Hacer la maleta para un viaje largo. Encontrar un hueco. Entender que "quien quiere, puede", y que todo esfuerzo lleva su recompensa. Comer lacasitos blancos viendo una peli. El olor a tierra mojada. Hacer dibujos en un papel mientras hablas por teléfono. Quedarte dormido en el sofá. Descubrir que cualquier detalle es importante, por insignificante que sea.
Explotar una burbuja y tirar un castillo de naipes. Saber que tienes a las mejores personas del mundo a tu lado, y que los que se fueron, no se han ido mientras sigan en tu cabeza y tu corazón.
Asumir los errores, respirar hondo, y volar sin levantar los pies del suelo. Aprenderte una canción escuchándola solo una vez. Guardar un secreto.
Reírte con tus amigos hasta llorar y que nadie entienda el porque. Volver a emocionarte con una canción. Quedarte embobada mirando por la ventana, pensando en nada, y en tanto a la vez.
Planear el futuro, apuntar mil cosas, aunque no se cumpla ninguna. Soplar las velas de la tarta pidiendo un deseo. Valorar los buenos recuerdos.
Estas y mil cosas más.
Detalles que hacen de esta vida algo más especial.
Yo vivo de esto, vivo a base de milésimas. ¿Tu no?