
No hay nada mejor que ese olor a tierra mojada, que te lleva, sin moverte del sitio, en un instante a tu infancia, a ese lugar, a ese momento.
Lluvia. Sofá. Película romántica. Palomitas. Helado de chocolate. Buena compañía. Un plan perfecto.
Salir a la calle, y correr, cantar y bailar bajo la lluvia, dejando que ésta se lleve todos tus problemas en un segundo.
¿Nadie se ha bañado nunca en una piscina mientras llovía?
Y, ¿quién no ha soñado nunca con ese mítico "beso bajo la lluvia"? Un beso de esos que salen en todas las películas y series románticas, pero que, en realidad, nunca es así de bonito.
Creo que no hay nada mejor. Esas tormentas que no avisan, que llegan así, sin más, en un día de lo más caluroso. Tormentas que detienen el tiempo para ti, que son capaces de trasladarte, con su sonido o su olor, a otro lugar, a otro tiempo. Y no, no estoy loca. Me apasionan las tormentas (en cualquier época del año, no sólo en verano), aunque creo que soy la única en la faz de la tierra a la que le gustan tanto estas "tormentas de verano".
No hay mejores planes que esos, te lo aseguro. Otra grandísima entrada. Ah! Y no, claro que no eres la única pequeñaja... a mi también me encantan, ya tu sabes :P
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