
Morfeo te empieza a
atrapar en mitad de la noche. Y, en medio de una habitación oscura, ya no eres
dueño de tus pensamientos, de tus deseos, ni de tu mente. Miles de imágenes, de
momentos, de personas, de colores, pasan por delante de ti en ese instante.
Como protagonista de una película, ahí estás tú, soñando. Unas veces eres
protagonista de ese sueño, otras, sin embargo, te ves como un espectador, que
ve todo lo que pasa a su alrededor sin poder hacer nada para impedirlo.
Sueños, miles de sueños
que has tenido a lo largo de toda tu vida. Sueños bonitos, sueños raros,
incluso pesadillas. Sueños de lo más común (como en esos que sueñas que te
persiguen, o te caes desde un rascacielos muy alto), y sueños dignos de ser
investigados por Iker Jiménez en "Cuarto Milenio" (sueñas que te
operan de apendicitis y no te hace efecto la anestesia, sueñas con alguien al
que hace mucho tiempo que no veías, sueñas que se te caen los dientes, que caes
en paracaídas y no se abre… y muchos de estos por el estilo). Sueños de esos que son tan reales que, al despertar, no sabes si los has soñado o los has vivido. Sueños de esos que podrían hacerse realidad.
Pero a veces no hace falta
estar dormido para soñar, también se puede soñar despierto. Te quedas mirando a
un punto fijo, sin hacer caso de nada de lo que hay a tu alrededor, y empiezas
a imaginar situaciones, momentos, conversaciones, que sabes que, a lo mejor no
llegan a suceder, pero que se te escapa una sonrisa tonta al pensar en ellos.
Sueños... no tienen porque
ser así. Un sueño también es un propósito que quieras cumplir, algo que quieras
hacer con todas tus fuerzas. Desde pequeñitos, y no tan pequeños. ("Sueño
con ser maestra", "sueño con tener una casa enorme cerca del
mar" "sueño con tener a mi lado a un príncipe azul").
Pero hay sueños que van
más allá de ser un deseo, de ser una ilusión. Un sueño es una meta que te
propones. Un sueño no es imposible de realizar, sólo hace falta estar dispuesto
para poder alcanzarlos.
Incluso soñar significa
que en tu vida, aunque no sea perfecta, pasas por momentos que sí lo son,
momentos de esos que no parecen verdad, de esos que quieres pellizcarte para
saber si estás despierto. Momentos de esos en los que "si son un sueño, no
te gustaría despertar".
Hay veces, incluso, que
todo sería mucho más fácil, mucho más sencillo, y mucho más bonito, si se
pudiese soñar la realidad, soñar lo que uno vive, transformarlo en un sueño
más, o en una pesadilla, y poder vivir todo aquello que soñamos.
Soñar es una forma de
evadirnos, de olvidarnos de los problemas, de hacer que desaparezcan por unas
horas. Una vía para imaginar un mundo mejor, un mundo ideal, “nuestro mundo
perfecto”.
Calderón decía aquello de “y
toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son”, pero hay veces que la vida,
que la realidad supera a los sueños, para bien, o para mal, pero los supera.
Soñar... Y soñar y soñar... Otra preciosa entrada :)
ResponderEliminar