martes, 10 de diciembre de 2013

22 inviernos :)

22
Sí, aunque no lo parezca, aunque todo el mundo que no me conoce piense que tengo 16 o 17, acabo de cumplir los “2 patitos”. Ya llevo 22 primaveras inviernos vividos.
Y, sé que no soy muy original, porque todo el mundo (o casi todo el mundo) escribe algo así para el día de su cumpleaños, pero yo necesitaba escribir esto hoy. No sé muy bien si para volver a publicar algo en el blog, o simplemente para desahogarme.

Primero: (esta es la parte que repiten todos) Quiero dar las gracias. Dar las gracias a todas esas personas que se han acordado de mi hoy, tanto las que lo han hecho por ellos mismos, como a aquellos que lo han visto por alguna red social, pero que se han molestado en escribirme algún mensajito, en mencionarme por twitter o mandarme un “FELICIDADES” y algún emoticono feliz, o una grabación cantando el cumpleaños feliz por whatsapp, pero que me han regalado un poquito de su tiempo a mí. 
Dar las gracias a toda esa gente que, como todos los años, han hecho de éste, un día especial, aunque ha sido un cumpleaños un poco agridulce, y sé porqué lo digo, además entre libros, apuntes y exámenes de anatomía y citología, no se puede celebrar algo en condiciones. Esa gente que me ha hecho morirme de vergüenza cantándome el cumpleaños feliz en mitad de la calle, aquellos que me han cantado y dedicado mi canción favorita, a los que me han emocionado con mil palabras bonitas, a los que me pusieron una velita en una magdalena de la cafetería, a mis compañeros, amigos, y sobre todo, a mi familia.


Segundo: no voy a hacer un balance con todo lo vivido, poniendo en una balanza lo bueno y lo malo, porque todos hemos tenido momentos así, y sabemos que esa balanza siempre se inclina hacia el lado "cosas buenas", y porque, además, no acabaría nunca. ¡22 años dan para mucho! Si yo os contara… Quizás, hasta podría escribir una novela. 
Lo que quiero es reflexionar sobre... No sé. Tantas cosas de las que quería hablar, tanto que quería expresar que ahora, no sé ni cómo empezar.
Quizás, lo más lógico sería empezar desde el principio, ¿no?

Mi vida, hasta ahora, no ha sido como imaginaba. Ha dado cambios de dirección, giros inesperados, que por desgracia o por suerte, me han hecho cambiar, madurar. Supongo que, como todos, de pequeña imaginaba mi vida perfecta, una vida que no tiene mucho que ver con la que estoy viviendo ahora. No es mejor ni peor, sólo distinta. Recuerdo decir algo como “Quiero ser maestra, tener una gran casa cerca del mar, con habitaciones gigantescas, una llena de espejos, otra llena de muñecas de porcelana, casitas de madera, y miles de osos de peluche, casarme con un médico,...” Y así miles de cosas más. Y como podréis imaginar, no es mi vida hasta ahora (salvo lo de ser maestra, porque aquí me tenéis, con mi carrera de magisterio terminada).
Sí, es así, la vida no es cómo la soñamos. Cambia, como todo, a cada paso que damos, con cada nueva decisión que tomamos. Dicen que el destino nos lo tiene todo guardado, y me gusta pensar que es así, pero, en parte, el futuro también depende de nosotros, de cómo afrontemos las cosas, de lo lejos que llegue nuestra mente a imaginar las cosas…. Y tal vez, podemos escribir un futuro distinto al que tenemos designado, y desbaratarle los planes a ese destino que nos acecha.

Tercero: creo que a veces, soy como esa niña pequeña que soñaba todo aquello, aquella niña que se sentaba en el parque a contar estrellas, aquella que hacía las cosas sin pensarlas dos veces, la que vivía de ilusiones, la que se escondía debajo de la cama para llorar, la que haciendo pompas de jabón o bailando flamenco encima de un escenario (sin levantar dos palmos del suelo), se olvidaba de todo. Aquella que tenía mil amores platónicos (y aún los sigue teniendo), la que no contaba los sueños porque luego “no se hacían realidad”. Aquella que sentía que con un abrazo o un beso de mama o de los abuelos, se iban todos los males. La que arrancaba como una loca los pétalos de las margaritas para saber si “el chico de mis sueños” sentía lo mismo por mí.
Sí, creo que esa niña todavía sigue dentro de mí. A veces soy esa niña pequeña que sigue llorando por todo, la que se enfada por cualquier tontería, la que se comporta cómo si tuviese 4 años. La que no sabe cómo afrontar ciertas cosas, y sigue buscando respuestas a preguntas que no la tienen.
Sólo hay algo que ha cambiado: Aunque sigo viviendo de ilusiones, y paso la mitad de mi tiempo “en las nubes”, tengo los pies muy amarrados al suelo, como si tuviesen imanes, porque sé que las cosas no van a cambiar sólo con imaginarlo o desearlo, aunque, a veces me gustaría. He aprendido que los deseos que pedimos cerrando fuerte los ojos ante una estrella fugaz, al lanzar esa moneda a la Fontana Di Trevi, esos que escribes en un papel, y los lanzas a una hoguera en San Antón o San Juan, y esos que pedimos con todas nuestras fuerzas al soplar las velas, no se cumplen por arte de magia. Y que eso de cruzar los dedos no funciona. Sí, y por eso estoy aquí hoy, abriendo con ilusión los regalos, y pidiendo ese deseo con todas mis fuerzas, mientras apago las 22 velas de mi tarta de cumpleaños.
Un poco paradójico, pero me gusta pensar que todos esos deseos y sueños, algún día se harán realidad.

Y sí, me gustaría volver atrás en el tiempo, y quedarme en esa época para siempre. Pero, entonces pienso en todo lo que he vivido desde entonces, y admito que no es buena idea, que no es justo “eliminar” todos esos momentos, todas esas personas que han ido apareciendo desde entonces.
Demasiadas cosas de las que reflexionar, en las que pensar en mis 22 años.
Cosas de las que me siento orgullosa, personas a las que estoy encantadísima de haber conocido, porque ahora son imprescindibles en cada momento de mi vida, personas de esas a las que ni me imaginaba conocer, pero por obra de las casualidades, o del destino, se han ganado un hueco en mi corazón, y personas de las que no quiero volver a saber de ellas. Incluso aquellas que me quedan por conocer, que estoy segura de que serán muchas.
Cosas de las que me arrepiento, a veces, y otras que hubiese cambiado, pero que, al fin y al cabo, me han hecho ser tal y como soy hoy.

Y es que, cumplir años no es poner una vela más en la tarta, ni un año menos de vida. Cumplir años es cumplir sueños, desechar otros, ganar batallas, valorar los recuerdos, y más aún a las personas. Cumplir años no es “hacerse viejo”, es aprender a serlo. Cumplir años es ganar experiencias, es ganar momentos, miradas, sonrisas, besos. Cumplir años es ganar amigos, incluso perderlos, y ganar enemigos. Cumplir años es darte cuenta, con el tiempo, de que todo no es lo que parece. Cumplir años es mirar a ese grupo de niños que juega en la calle y sonreír acordándote de cuando tú eras uno/a de ellos/as. Cumplir años es aprender a convivir entre recuerdos (que a veces, es lo más valioso que tenemos). Es darte cuenta que la vida no es fácil. Es entender lo de “tantos tienes, tanto vales”.
Cumplir años es darte cuenta de que “esa niña pequeña” que aún existe en el interior de cada uno de nosotros no debe desaparecer, que a veces es mejor vivir de locuras y sueños, porque, nos ayuda a evadirnos de nuestra realidad, aunque sea por un momento.
Cumplir años es darte cuenta de que hay que vivir la vida sin escuchar lo que opinen los demás, vivirla al máximo, porque el tiempo pasa demasiado rápido, y hoy estamos aquí, pero mañana quizá no. Es aprender que la vida es injusta, y más con quién no lo merece, que se van de nuestro lado a personas que necesitamos. Personas que no han vivido todo lo que tenían pensado, y personas que pasan por desgracias que no se merecen.
Cumplir años es seguir viviendo de ilusiones. Es comprender que “las mentiras piadosas” siguen siendo mentiras, y algunas duelen demasiado.
Pero… sobre todo, cumplir años es aprender, poco a poco, a vivir y ser feliz.


jueves, 21 de noviembre de 2013

Todo cambia

Párate un momento. Deja lo que estés haciendo. Mira a tu alrededor.
¿Lo has notado? ¿Te has dado cuenta? ¿No?
Te pones a pensar, echas la vista atrás, y ves cómo, en un abrir y cerrar de ojos, cambian miles de cosas.
Te replanteas cómo era tu vida antes, y a veces no hace falta irse 10 años atrás, sólo un par de ellos, incluso, sólo unos meses, y ves cómo eran las cosas antes, y como son ahora. Aunque, aparentemente, haya cosas que sigan igual, hay otras muchas que han cambiado. Y es que la vida cambia continuamente. Incluso nosotros mismos cambiamos. Sí, y no sólo físicamente. Cambiamos nuestra forma de pensar, de afrontar las cosas. Cambiamos de cara a los demás. Cambiamos nuestros gustos, incluso. Cambiamos nuestros sentimientos, o eso intentamos creer, porque creo que hay sentimientos, sensaciones, y emociones que no cambian nunca, por mucho que lo intentemos.
Ese escalofrío al pasar por aquel lugar especial, esa sonrisa tonta cuando te acuerdas de aquella canción que alguien te dedico un día, esa rabia al saber que pudiste hacer las cosas de otro modo, y quizás, no pensaste demasiado antes de actuar. Esa sensación al escuchar esa melodía. Creo que estas cosas no cambiarán nunca, aunque cambiemos nosotros. O maduremos, o nos hayamos dado cuenta de cómo son las cosas en realidad, cómo quieras verlo.

Sí, todo cambia. Piensas en este instante en el que todo cambio, pero no encuentras una razón, una explicación, un motivo que lo justifique... ¡Las cosas son tan distintas de la noche a la mañana!

Entonces, cierras los ojos, y solamente escuchando el choque de las gotas de lluvia en tu ventana, o simplemente una canción de Vanesa Martín que suena en la radio (si, esa que dice aquello de “…todo va cambiando, el gobierno y la gente, ciudades de paso, y bocas que mienten, cuando dicen que viven, cuando dicen que sienten…”), imaginas tu mundo ideal. Abres los ojos y visualizas en tu mente cómo sería la vida si no hubiese cambiado nada, si todo fuese igual. Qué monotonía, ¿no?

Creo que el fondo es bueno eso de que las cosas cambien. La vida, sería un tanto aburrida, creo. Hemos vivido tantos nuevos momentos, hemos cambiado de ciudad, hemos conocido a miles y miles de personas. Sí, personas de esas que te marcan o de esas que pasan desapercibidas, o incluso aquellas que jamás hubieses imaginado conocer. Y si, por qué no, aquellas personas que son “imprescindibles”, aquellas con las que sientes que “sin ellos, nada tendría sentido”. ¿De verdad crees que si nuestra vida continuase igual desde el principio, habríamos vivido todo eso? 
Creo que somos como piezas de dominó. Si cae una, todas caen detrás. Es más, si en algún momento, alguien cambia de posición una sola pieza de ese dominó, cambia por completo el curso del juego. La ficha que hay que colocar cambia de posición también, e incluso, a veces, hay que cambiar de ficha. Si algo cambia, ese algo conlleva que otra cosa cambie, y ésta a otra, y así todas, como una cadena.


Y es que las cosas cambian, es ley de vida, no podemos hacer nada por impedirlo. Las piezas de ese dominó no pueden quedarse toda la vida en el mismo lugar. Dicen que es el destino quién lo tiene escrito, no sé. Me gustaría pensar que es así.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Si quieres

Te invito a disfrutar de la vida, a saborear cada momento, a comernos el mundo y no la cabeza, a salir a la calle con una sonrisa a cada paso, a ser como hojas que vuelan con el viento, a correr sin rumbo fijo, a ir lejos, dónde nos lleven los pies, a reinventarnos, a empezar de cero, a soñar despiertos, a recordar, a olvidar los problemas.
Te invito a estar ahí, a gritar alto, con todas nuestras fuerzas, a escuchar, a superar huracanes, a dar una segunda oportunidad, pero sólo al que la merezca, a enlazar nuestros mundos una vez más, a vivir la vida minuto a minuto, segundo a segundo, a no preocuparnos por nada, a reírnos de los que nos critican, y a querer como nunca a los que están a nuestro lado.
Te invito a dar los besos que no se dieron, y fueron merecidos, a echarle un pulso al comecocos y a cantar a todo pulmón. Te invito a sonreír, a ser feliz, a disfrutar, a conocer, a investigar, a bailar toda la noche. Te invito a irnos lejos, muy lejos, a mirar las estrellas desde tu terraza, a buscarle forma a las nubes, a mil abrazos infinitos, a vivir más lentamente, más tranquilos, a contar las estrellas para “saber cuánto te quiero”. Te invito a caminar, a respirar hondo, y ¿por qué no?, te invito a equivocarnos, a caer mil veces en un mismo lugar, a ayudar, a dar consejos, y a aceptarlos, a pensar, a entender, a impulsarnos, a saltar alto, a soltarnos. Te invito a asumir los errores y a volar sin levantar los pies del suelo.
Porque cada día es único y eso es algo que aprendí con el tiempo. Por eso, y mucho más, te invito a aprovechar el día al máximo, a vivir cada momento como si fuera el último (cómo dice esa canción de Álex Ubago) y a valorar los buenos recuerdos.


Te invito a todo esto, y mucho más… si quieres.

lunes, 30 de septiembre de 2013

¿Otoño?

Creo que estaréis ya un poco hartos de leer en todos lados que ya ha empezado el otoño, porque desde hace una semana no hago más que leer tweets y entradas en blogs sobre ello. Llamadme pesada, pero creo que si hice una entrada hablando de las tormentas, debo hacer una que hable del otoño.
Seré rara, estaré loca, pero después del invierno, es mi estación favorita del año. Es bastante simple, soy alérgica, y como la mayoría de los alérgicos odio la primavera. Y también odio un poco el verano, por eso de quemarme nada más salir a la calle (espero no ser la única que lo odie por eso, porque si no, me empezaría a preocupar). Creo que lo único que me gusta del verano, y ya lo habré dicho unas mil veces, es eso de las tormentas repentinas. 
Ahora en serio, me encanta eso de deambular por las calles, con viento, y ver cómo se caen las hojas de los árboles. Me relaja muchísimo ir pisando esas hojas que se acumulan en las aceras. Esos tonos dorados, amarillos, marrones que inundan las calles. Me encantan.
Toca dar la bienvenida a esa estación en la que el tiempo se vuelve aún más loco, en la que un día te asas de calor, y esa misma noche, te hielas. Estación de frío, viento, lluvia.
Y con el otoño, toca dar la bienvenida a esos eternos días de clase, a las tardes enteras estudiando, y a los “por favor que llegue ya el finde”.
Llegan el pasarse las horas muertas mirando por la ventana, pensando en qué se yo. Vuelven las noches de película, manta y palomitas con chocolate. Vuelve el tumbarse en la cama a escuchar música y evadirse del mundo, mientras ves la lluvia caer. Y sobre todo, vienen buenos momentos, ratos inolvidables. Y vuelven los recuerdos, recuerdos de esos que duelen, y de esos que te sacan una sonrisa tonta y quieres volver a vivir.
Yendo a clase he escuchado en la radio una canción que hacía mil que no oía, y me ha recordado a esto, a todo lo que conlleva el otoño. Una de esas canciones que te marcan. Como una “banda sonora”. “Adiós” de “La Musicalite” es una de las canciones de mi banda sonora para esta estación.
He leído por ahí que este otoño nos deparan, además del cambio de hora de todos los años, lluvias de meteoritos y dos eclipses (uno de luna, y otro de sol). Algunos, incluso, dicen que el otoño es la estación más romántica de las 4. Sí, creo que yo pienso lo mismo.

Espero que este sea un otoño especial. 

Hasta la próxima entrada, lectores. Muacks


PD. Ubetenses y gente de alrededor. Ya ha empezado nuestra semana, nuestra feria. Tomémosla con optimismo, aunque sea pasada por agua como todos los años y disfrutemos a tope. 

viernes, 13 de septiembre de 2013

Tanta vida por vivir

Tantas cosas por contar, tantas cosas por descubrir, tantos sentimientos por expresar, tanto por pensar. Tantos “te quiero” por decir. Tantos besos por dar. Tantos abrazos por regalar. Tantos libros por leer. Tantas películas por ver. Tantos lugares por visitar. Tantas personas que conocer. Tantos conciertos por disfrutar. Tantas canciones por escuchar. Tantas caricias por dar. Tantos viajes que hacer. Tantas locuras por compartir. Tantos desayunos frente al mar. Tantos atardeceres en la playa. Tantos viajes en globo. Tantas miradas. Tantos llantos. Tantas alegrías. Tantas sonrisas por fingir. Tantos vestidos y zapatos por estrenar. Tantos momentos que “querer parar”. Tantos amores platónicos. Tantas personas “a las que amar”. Tantos sueños por cumplir. Tantas cosas que celebrar. Tantas canciones por dedicar. Tantas promesas por cumplir. Tantas páginas en blanco de un libro por escribir. Tanto aire por respirar. Y…. tanta vida por vivir.

Pero, ¿sabes que es lo mejor? Que el momento para actuar es ahora. El momento para hacer todo esto es ahora, es hoy. No lo dejes para cuando ya no pueda ser. Porque, recuerda, entre el pasado y el futuro lo más importante es el presente. Que como decía aquella canción que tanto me gusta… entre el ayer y el mañana, lo que importa es el hoy. 

viernes, 30 de agosto de 2013

El álbum de las paradojas


Ese grano de arena que nunca resuelve el problema.  Esa gota de agua que colma el vaso.  Esa hoja que vuela con una ráfaga de viento. Esa palabra que nunca se dijo.  Ese beso que nunca se dio.  Una mirada perdida. Ese montoncito de arena que se desmorona al pasar. Ese castillo de cartas que se cae con un simple soplido. Las notas de una canción que nunca sonó. Los acordes de una guitarra que no se ha tocado. Un cristal que cae el suelo y se rompe en mil pedacitos. Esa burbuja que estalla ante tus ojos. La luz de un faro que ya se ha apagado. Las escaleras que nunca se han pisado. Esa camiseta vieja. Ese avión de papel que se arruga. Las hojas de un libro que nadie ha leído. Un caballero sin espada. Un héroe sin princesa. Una rana sin beso. Los pétalos de una flor que caen al ritmo de "me quiere, no me quiere". La tinta de un bolígrafo que se está acabando. Un barco sin mar. Un profesor sin alumnos. Un arco iris sin colores. Un cielo sin sol, luna ni estrellas. Un puerto sin barcos. Un puente sin río. Una noria que nunca gira. Un espejo que no refleja. Una pareja sin sexo. Un callejón sin salida. Una pregunta sin respuesta. Líneas de un folio sin escribir. Un mirador sin vistas. Dormir sin soñar. Una caricia que no se da. Una carta sin contestar. Un corazón sin latido. Una lágrima sin dolor. Una sonrisa sin felicidad. Una voz sin razón. Un baile sin canción. Una luz sin oscuridad. Una respiración sin aliento. Una cárcel sin presos. Una ciudad sin casas. Un campo sin flores. Blancanieves sin manzana. Bella sin Bestia. Una duda sin explicación. Un abismo sin oscuridad. Un concierto sin fans. Una radio sin sonido. Un norte sin sur. Un camino sin huellas. Un billete sin viaje. Un relámpago sin trueno. Una tormenta sin lluvia. Una hoguera sin fuego. Una aguja sin pajar. Una brújula que no señala el norte. Una cometa sin viento. Un desayuno sin diamantes. Una ida sin vuelta. Una herida sin cicatriz. Unos amantes sin escondite. Unos niños sin piruletas. Un bufón que llora a escondidas. Un pentagrama sin notas. Un invierno sin frío, un verano sin calor. Una esquina sin calle. Un caramelo amargo. Una depresión sin chocolate. Un rock sin roll. Lágrimas con sabor a felicidad. Sonrisas que esconden tristezas. Esos amores prohibidos. Soledad en medio de mil personas. Compañía ante nadie.  
Una cerveza sin espuma. Unas fresas sin nata. Una pecera sin pez. Una burbuja sin jabón. Unos ojos sin color.  Esos secretos contados. Un capitán sin tripulación. Un mar sin olas. Un avión sin alas. Una casa sin ventanas. Un velero sin timón. Un océano sin olas. Una sirena sin canción. Un silencio incómodo. Una canción sin recuerdo, y un recuerdo sin canción. Una vía sin tren. Un Neruda sin poemas. Una isla sin tesoro. Un burka sin amor. Un marco sin foto. Una flor sin olor. Una voz que no dice nada. Ruecas sin Bellas Durmientes. Un reloj que no marca las horas. Un adiós sin despedida. Una lluvia que no moja. Una película sin guión. Una fábula sin moraleja. Un replique sin campanas. Un cine sin película. Un cuento sin final. Un "te quiero" sin sentirlo. Un ron sin cola. Una "Campanilla" sin "Peter Pan". Un reloj sin arena. Barcos de papel mojados. Un parque sin columpios. Un amor sin dolor. Una flecha sin arco. Una conversación por messenger sin zumbidos. Un lápiz sin goma. Un banco sin patas. Un mensaje sin botella. Un pirata sin parche. Un calendario sin días. Un "Papa Noel" sin regalos. Un diente de león sin viento. Una carta sin destinatario. Un botón sin ojal. Una veleta sin dirección. Un otoño sin hojas. Un cuerpo sin sombra. Un diablo sin infierno. Un ángel sin cielo. Un loco con cordura. Un teatro sin comedia. Un "Calisto" sin "Melibea". Un tequila sin sal ni limón. Un segundo infinito. Un suspiro sin sentimiento. Un boomerang que no vuelve. Un Quijote sin molinos. Un Descartes sin Platón. "Drácula" sin colmillos. Una duna sin desierto. Un oasis sin agua. Un cupido sin flechas. Un hechizo sin bruja. Un hada sin varita. Una chistera sin mago. Una flor marchita. Una promesa que no se cumple. Unas señales sin humo. Una montaña sin tierra. Una princesa sin corona. Un árbol sin hojas. Una flor sin pétalos. Un cementerio sin tumbas. Un árbol sin frutos. Una cigüeña sin campanario. Un río sin agua.  Una noche sin luna. Un amanecer sin luz. El amor sin cariño. Una canción sin notas. Un corazón sin latido. Unas venas sin sangre. Un capote sin torero. Un zumo sin sabor. Un cuadro sin pintura. Nueva York sin rascacielos. Una carta sin letras. Sexo sin amor. Una estrella fugaz sin deseo. Un fuego sin llamas. Un globo sin aire.  Una persona sin edad. Un buzón sin cartas. 
Como una vida sin vivir, un pasado sin presente, un presente sin futuro. Como un ayer sin hoy,  y un hoy sin mañana. Como un caminar sin destino. Como la muerte sin vida. Como una tensión sexual no resuelta. Como esos segundos eternos, y horas que pasan volando. Como un tiempo que no pasa. Como un "malos días, princesa". Como Jaén sin olivos. Como amar sin ser amado. Como una ida sin vuelta. Como un principio sin final. Como un "tu sin mi, y yo sin ti". 

Se que para muchos esta entrada no tiene mucho sentido, pero si os paráis a pensar, tiene mucho, o al menos para mí. Porque la vida está llena de pequeñas paradojas. De paradojas que hacen de todo algo especial. De paradojas que encuentras día a día, en cada rincón, en cada palabra, en cada gesto. Es más, cada uno de nosotros, en cualquier momento de su vida se ha sentido así, como que en ese momento estaba "vacío", que "le faltaba algo" para poder ser él mismo. Porque, en definitiva, somos eso, una serie de paradojas que debemos encontrar para completar ese "álbum". El álbum de las paradojas. 


viernes, 16 de agosto de 2013

Y los sueños, sueños son


Morfeo te empieza a atrapar en mitad de la noche. Y, en medio de una habitación oscura, ya no eres dueño de tus pensamientos, de tus deseos, ni de tu mente. Miles de imágenes, de momentos, de personas, de colores, pasan por delante de ti en ese instante. Como protagonista de una película, ahí estás tú, soñando. Unas veces eres protagonista de ese sueño, otras, sin embargo, te ves como un espectador, que ve todo lo que pasa a su alrededor sin poder hacer nada para impedirlo.
Sueños, miles de sueños que has tenido a lo largo de toda tu vida. Sueños bonitos, sueños raros, incluso pesadillas. Sueños de lo más común (como en esos que sueñas que te persiguen, o te caes desde un rascacielos muy alto), y sueños dignos de ser investigados por Iker Jiménez en "Cuarto Milenio" (sueñas que te operan de apendicitis y no te hace efecto la anestesia, sueñas con alguien al que hace mucho tiempo que no veías, sueñas que se te caen los dientes, que caes en paracaídas y no se abre… y muchos de estos por el estilo). Sueños de esos que son tan reales que, al despertar, no sabes si los has soñado o los has vivido. Sueños de esos que podrían hacerse realidad.
Pero a veces no hace falta estar dormido para soñar, también se puede soñar despierto. Te quedas mirando a un punto fijo, sin hacer caso de nada de lo que hay a tu alrededor, y empiezas a imaginar situaciones, momentos, conversaciones, que sabes que, a lo mejor no llegan a suceder, pero que se te escapa una sonrisa tonta al pensar en ellos.
Sueños... no tienen porque ser así. Un sueño también es un propósito que quieras cumplir, algo que quieras hacer con todas tus fuerzas. Desde pequeñitos, y no tan pequeños. ("Sueño con ser maestra", "sueño con tener una casa enorme cerca del mar" "sueño con tener a mi lado a un príncipe azul").
Pero hay sueños que van más allá de ser un deseo, de ser una ilusión. Un sueño es una meta que te propones. Un sueño no es imposible de realizar, sólo hace falta estar dispuesto para poder alcanzarlos.
Incluso soñar significa que en tu vida, aunque no sea perfecta, pasas por momentos que sí lo son, momentos de esos que no parecen verdad, de esos que quieres pellizcarte para saber si estás despierto. Momentos de esos en los que "si son un sueño, no te gustaría despertar".
Hay veces, incluso, que todo sería mucho más fácil, mucho más sencillo, y mucho más bonito, si se pudiese soñar la realidad, soñar lo que uno vive, transformarlo en un sueño más, o en una pesadilla, y poder vivir todo aquello que soñamos.
Soñar es una forma de evadirnos, de olvidarnos de los problemas, de hacer que desaparezcan por unas horas. Una vía para imaginar un mundo mejor, un mundo ideal, “nuestro mundo perfecto”.

Calderón decía aquello de “y toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son”, pero hay veces que la vida, que la realidad supera a los sueños, para bien, o para mal, pero los supera. 

martes, 30 de julio de 2013

¿Se puede echar de menos algo que nunca ha ocurrido?


Hace unos días plantee por Facebook, Twitter y Whatsapp la pregunta que da título a la entrada de hoy: “¿Se puede echar de menos algo que nunca ha ocurrido?”. Ante mi asombro, todas las personas que me contestaron (salvo una) dijeron que no, alegando motivos del tipo: “es imposible echar de menos algo que no conoces”, “si no se conoce, no lo puedes echar en falta”… Y ahora yo vuelvo a preguntar…
¿No habéis echado de menos algo que nunca ha ocurrido? ¿De verdad no echáis en falta esos besos que nunca se han dado, ese abrazo que te pudo dar la vida en ese momento o eso que no dijiste? ¿De verdad no echáis de menos eso que soñasteis, sí, eso que parecía tan real que cuando despiertas quieres vivirlo? ¿De verdad no echáis de menos todo aquello que imagináis, todo lo que os gustaría que pasara, eso que quieres que suceda y no llega?
Esas caricias, esas miradas… ¿De verdad creéis que no se puede echar de menos a alguien que no conoces? A ese alguien que te devuelva esa sonrisa cuando estas triste, a ese que te diga algo que te haga sentir mejor.
A todo eso me refería cuando preguntaba.

¿De verdad no habéis echado de menos nada de esto? ¿Nunca? Permitidme que os diga que no lo creo

domingo, 14 de julio de 2013

Pero... ¿Y lo que no pasa?


Hace unas cuantas noches me dio por pensar algo.
Dicen que todo pasa porque tiene que pasar, que todo sucede por una razón, que todo tiene un porqué, aunque nos cueste verlo. Dicen que el destino nos lo tiene "guardado" y que no existen las casualidades.
Dicen que todo está escrito y que no lo podemos borrar. Que si hay algo que esté destinado a suceder, sucederá, tal vez no ahora, sino más tarde, en el momento adecuado, con la persona correcta y por la mejor razón que podamos imaginar.
Dicen que todo lo que pasa en esta vida tiene un motivo, aunque no sea aparente, o eso dicen.
Pero....
¿Y lo que no pasa? Me refiero a todas esas cosas que pudieron ser y no fueron, a todo aquello que podría haber pasado y no ha pasado. ¿Todo eso también tiene un "motivo" por el que no nos suceden? ¿El destino del que tanto hablan también nos tiene "guardado" lo que no nos tiene que pasar?
Esa noche me acosté dándole vueltas a eso, y pensando en todas esas cosas que no me han pasado, en todo aquello que se planea y que nunca llega a pasar, en todo aquello que no se hace, en todos los lugares que no he visitado, todas las personas que he conocido, y las que me quedan por conocer. Es esas cosas que no hemos descubierto, aquello que no hemos sufrido, esos abrazos y besos que no hemos dado, esas películas que nunca fuimos a ver al cine, esos libros que nunca hemos leído y que siguen guardados en esa estantería del salón, esas cosas que nunca conté, y quizás debí haberlo hecho en su momento. Y también en todas esas veces en las que he pensado eso de... ¿y si...?.

Dicen que la vida es como uno de esos puzzles en el que cada pieza tiene su lugar, una razón y un porqué, y que no se puede insistir en poner piezas donde no caben... Tal vez todas esas cosas que "no pasan" son esas piezas imposibles de encajar en el rompecabezas, ¿no?.

martes, 2 de julio de 2013

Tormentas de verano

No hay nada como tumbarse en la cama, apagar todas las luces, poner la música muy bajito, y escuchar y ver por la ventana la lluvia, los relámpagos, los truenos, esas nubes negras... Cerrar los ojos y ponerte pensar en el día, en lo que has hecho, en lo que te queda por hacer. Pensar en el mañana. Recordar momentos vividos, imaginar momentos que te gustaría vivir. Pensar en las palabras que te han dicho, en las personas que has conocido. Pensar en las casualidades, en el destino, en la vida, en general. Pensar en el pasado, cuestionarte el presente, y maquinar un futuro. Un futuro que, a lo mejor, no tendrá nada que ver con lo que vendrá, pero que tu, en ese momento, eres feliz pensando que puede suceder. O, mejor, cerrar los ojos y evadirse del mundo. Dejar la mente en blanco y no pensar en nada, simplemente escuchar las letras, sentir las notas y melodías de esa canción que suena en la radio. 
No hay nada mejor que ese olor a tierra mojada, que te lleva, sin moverte del sitio, en un instante a tu infancia, a ese lugar, a ese momento.
Lluvia. Sofá. Película romántica. Palomitas. Helado de chocolate. Buena compañía. Un plan perfecto. 
Salir a la calle, y correr, cantar y bailar bajo la lluvia, dejando que ésta se lleve todos tus problemas en un segundo. 
¿Nadie se ha bañado nunca en una piscina mientras llovía?
Y, ¿quién no ha soñado nunca con ese mítico "beso bajo la lluvia"? Un beso de esos que salen en todas las películas y series románticas, pero que, en realidad, nunca es así de bonito.
Creo que no hay nada mejor.  Esas tormentas que no avisan, que llegan así, sin más, en un día de lo más caluroso. Tormentas que detienen el tiempo para ti, que son capaces de trasladarte, con su sonido o su olor, a otro lugar, a otro tiempo. Y no, no estoy loca. Me apasionan las tormentas (en cualquier época del año, no sólo en verano), aunque creo que soy la única en la faz de la tierra a la que le gustan tanto estas "tormentas de verano". 

domingo, 23 de junio de 2013

Noche de San Juan

Noche de amor. Noche de color. Noche de fuegos artificiales. Noche de calor. Noche de agua. Noche de espuma. Noche de fiesta. Noche de verbenas. Noche de música. Noche de globos llenos de deseos subiendo al cielo. Noche de luna llena. Noche de amigos. Posiblemente la noche más especial del año. 
Hoy es una noche mágica, pese a ser la noche más corta del año. Noche de tradiciones, de supersticiones, de conjuros, de deseos. Noche de recuerdos. Y, noche de hogueras.
Cientos de hogueras se encenderán y arderán para dar color y vida al anochecer de este 23 de junio. 
Cuenta la tradición, la leyenda que si apuntas en un papel todo lo malo que te ha pasado durante el año, lo doblas, y lo quemas en la hoguera, se consumen todos tus problemas.
Yo he cogido un papel, y he escrito en él todas esas cosas que no me gustan, todo aquello de lo que me gustaría deshacerme, todo aquello que debería desaparecer. Todo aquello que creo que "debe quemarse en la hoguera". Además, quemaré todos esos peluches viejos, aquellas fotos, aquellos muñecos de trapo, aquel colgante con su nombre, aquellas cartas de "amigos" que ya no lo son, aquellos recuerdos, las canciones que nos hacen llorar, aquel libro que odias, y, ¿por qué no?, los libros y apuntes del curso. Es más, por mí quemaría también la falsedad, la hipocresía, la tristeza, la frialdad, los sentimientos que "no queremos sentir", los corazones rotos, las desilusiones, las palabras vacías, los días sin esa persona, el destino, las casualidades, los amores platónicos, y los amores prohibidos. Quemaría también la soledad, los sueños, la inseguridad, las promesas, la timidez, las dudas, el silencio, los miedos, el olvido, el pensar y la mentira. Arderían también algunos recuerdos, el tiempo que pasa, y las horas muertas, e incluso el "para siempre" y el "nunca jamás". 


Esta noche lo haré. Doblaré mi trozo de papel, y lo tiraré a la hoguera. Me desharé de todo.... Y tú, ¿qué vas a quemar en la hoguera?.

viernes, 14 de junio de 2013

:)

Cada día tiene pequeños momentos de felicidad....
..... Disfruta de cada uno de ellos....
Vive....
.... Disfruta
La vida no está hecha para comerse la cabeza....

jueves, 30 de mayo de 2013

Lo más sencillo sería retroceder en el tiempo

Molaría eso de tener una máquina del tiempo, un reloj como el que sale en ese capítulo de "Los Simpsons". Un aparato que nos permitiese parar el tiempo durante unos minutos, o incluso retroceder, volver hacia atrás. Hacia atrás para volver a vivir esos momentos, para volver a sentir todo aquello. Hacia atrás para hacer todas aquellas cosas que no hicimos, y que ahora nos arrepentimos de no hacerlas en su momento. Hacia atrás para "arreglar" las cosas, para no volver a cometer errores, para poder recapacitar un segundo, y darnos cuenta de que esa no era la solución correcta. O simplemente, volver hacia atrás para cambiar las cosas, para no tomar esas decisiones que en un momento nos costaron tanto.
Si, lo se, en parte, todas esas decisiones, esos momentos, esos errores, en conclusión, el pasado, es lo que nos marca, lo que ha hecho que ahora, cada uno de nosotros seamos como somos ahora. Lo que ha hecho que cambiemos, que maduremos, que veamos las cosas de otra manera. Dicen que "a lo hecho, pecho", y que "de los errores se aprende", pero estoy segura de que todos lo hemos deseado alguna vez. Todos hemos deseado retroceder en el tiempo, y el que diga que no, miente. Todos tenemos algo en nuestro pasado que no nos gusta, y algo que nos gusta tanto que desearíamos vivirlo una y mil veces más. 
Sería realmente sencillo, ¿no?. Sería realmente fácil que, simplemente con darle a un botón, retrocediesen de golpe años, y volver atrás, ¿verdad?. A veces, lo más sencillo sería retroceder en el tiempo, pero la vida no es sencilla, lo se. Pero por un momento, me gusta pensar que puedo hacerlo, que puedo volver atrás, y cambiar cosas, muchas cosas, demasiadas, tal vez. 

viernes, 24 de mayo de 2013

Un mundo de sensaciones

El telón de las sensaciones... Ese es el título de mi blog. Hoy me ha dado por pensar en eso.
En realidad creo que cada uno de nosotros está compuesto por millones de pequeñas sensaciones, algunas de ellas ni sabemos que existen, todavía no "las hemos sentido", por decirlo de alguna manera. Cada uno de los momentos que vivimos, la manera en la que lo vivimos, son los responsables, en parte, de la "sensación" que tengamos en ese momento.
A veces una sola sensación. A veces muchas, tantas que no podemos distinguirlas y no sabemos ni lo que sentimos.
¿No os ha pasado nunca? Una canción que al escucharla puede llegar a encerrar miles de sensaciones, miles de sentimientos: nostalgia, recuerdos, tristeza, alegría, ganas de fiesta....Volver a pasar por aquel lugar especial, ver una foto antigua: añoranza, ganas de volver a vivir lo vivido.... Un gesto de alguien hacia otra persona: rabia, celos, impotencia.... Un abrazo: dulzura, cariño..... Un beso: amor, ternura.....Una mirada: nervios, vergüenza ...Incluso un adiós, que en ocasiones puede significar dolor, miedo, en otras puede mostrar paz y tranquilidad. Las lágrimas muestran tristeza, dolor... una sonrisa, felicidad, por ejemplo. Sensaciones que no se ven, que no se notan. Otras que, sin embargo, se notan a leguas. 
No acordarse del momento concreto, pero acordarnos perfectamente de la sensación que nos produjo, de lo que sentimos en aquel momento. Todo nos hace sentir algo, aunque en un principio no lo parezca. Personas que nos trastornan y nos hacen sentir cosas que nunca habíamos pensado, que hacen que afloren todas estas sensaciones de golpe.
Cada uno sentimos algo distinto en un momento determinado, eso es lo que nos diferencia. Pero creo que en el fondo, todos tenemos las mismas sensaciones ocultas, y que cada una de ellas está esperando a que llegue el momento adecuado para darse a conocer, para salir, para rompernos los esquemas, para hacernos sentir algo que no hayamos sentido antes.
Sensaciones... miles de sensaciones las que he sentido escribiendo esto, y miles las que has sentido tu al leerlo.


jueves, 16 de mayo de 2013

Quizás.... algún día

Y te miraré a los ojos y te diré lo que siento por ti. Te diré que te quiero, que no puedo vivir sin ti. Que cada día en el que no estás se hace eterno, y que los segundos vuelan estando a tu lado. Que no hay momento en el día en el que no estés en mi cabeza. Que me acuesto y me levanto pensando en ti. Que eres el protagonista de todos mis sueños. Que imagino momentos, que planeo esta conversación una y mil veces, sabiendo que nunca tendrá lugar. Que solo con un hola, un toque o un mensaje dibujas una sonrisa en mi cara para todo el día. Que no puedo evitar enamorarme cada vez que hablas. Que no puedo evitar echarte de menos a todas horas. Que se me hace un nudo en la garganta cuando te hablo. Que, parezco una niña pequeña con sus "mariposas en la barriga" cuando estamos juntos. Que paras el tiempo cuando sonríes. Que me muero si me miras, y sólo se me ocurre bajar la mirada al suelo cuando lo haces. Que haces perfecto cada día, cada noche, cada tarde, cada mañana. Que me pongo nerviosa al hablar contigo, y se me traba la lengua. Que parezco loca, y digo a todo el mundo tu nombre. Que siento celos sin ser nada, y no puedo evitarlo. Que quiero abrazarte y no soltarte nunca. Que no quiero nunca que llegue la hora de decirse adiós. Que cada rato es mágico. Que me encanta tu risa, tu mal humor, tus enfados, tus manías. Que sólo se suspirar y sólo conozco el silencio.  Que pienso a cada instante si tu sientes lo mismo.
Pero un día conoceré el valor y te lo diré. Un día me darán igual los demás, miraré hacia delante y dejaré atrás el pasado. Un día nos reiremos del "que dirán".
quizás, algún día seremos tu y yo... solo tu y yo.... 
Si... Quizás ... Algún día...

(Por esas historias que pudieron ser y no fueron, por esas historias que nunca llegan a nada... ¿por falta de valor, tal vez? ¿Por miedo a perder? ¿Por miedo a que la otra persona no sienta lo mismo? No se, pero quizás sin estas pequeñas historias que creemos que nunca sucederán, la vida no tendría nada que mostrarnos. Quizá conozcas el valor, y te "enfrentes" a ello, perdiendo, o ganando, ¡quién sabe!, pero, ¿y si no lo haces? Tal vez el día en el que te lo propongas, ya sea demasiado tarde... Pensémoslo.)

PD: Gracias a "mis locos" por la conversación que hizo que se me ocurriera esta entrada.

domingo, 5 de mayo de 2013

FELIZ DÍA DE LA MADRE =)


Ella, la mujer más bonita del mundo, la que lo da todo sin nada a cambio, y las que está a mi lado siempre, pase lo que pase, aunque reciba una mala contestación (a veces, demasiadas), una mala cara, un grito.... aunque a menudo me parezca una pesada. Ella que siempre está dispuesta a darnos un abrazo, un beso que lo cambia todo, que hace que un día se de la vuelta, y todo lo que estaba gris cambie de color. Ella, que da consejos que casi nunca sigo, pero que al paso del tiempo le tengo que dar la razón, porque si, porque se que la tenía desde el principio, aunque no quisiera hacerle caso. Ella, que nos conoce mejor que nosotras misma, la que con solo el "abre, soy yo" del telefonillo ya sabe como nos ha ido el día, las que son sólo mirarnos saben con quien hablamos por tuenti, y las que ríen con lo bueno que nos pasa, y que nos prestan un hombro e incluso lloran con nosotros cuando algo no va bien. Ella, que siempre hace lo mejor por nosotras, y se siente orgullosa, aunque fracasemos una y mil veces. Ella, que se quedó sin dormir noches enteras porque de pequeñas nos la pasábamos llorando. Ella, que han aguantado fiebre, llantos, mocos,.... Ella, que se metía con nosotras en la cama hasta que nos dormíamos. Ella, que nos curaban una herida con un simple "sana, sana, culito de rana...", Ella, que siempre tiene tiempo para nosotras. Ella, que se queda despierta hasta que llegamos a casa. Ella, que nos ha acompañado en todo momento, que está en todos nuestros recuerdos: nuestro primer paso, nuestra primera caída, el primer día de cole, nuestros bailes de fin de curso, nuestra graduación... Ella, la mejor.

Porque sin ella no seríamos nada. A ella, a la que debemos todo. Porque no hay entradas en el blog suficientes para darle las gracias por todas y cada una de las cosas que ha hecho por nosotras . A ella, a la que nos dio ( a mi hermana y a mi) lo más valioso del mundo, la vida. 

¡¡FELIZ DÍA "MAMUXI"!! 
TE QUIERO

jueves, 25 de abril de 2013

Un día de estos

Suena el despertador. Con los ojos medio cerrados apagas la alarma y enciendes la luz. Una fuerza sobrehumana te impide salir de la cama, pero en ese momento... BUM! De un salto ya estás arriba. Te miras al espejo por un momento y piensas: "vaya careto tengo hoy", y mientras desayunas, escuchas la radio... resumes todo lo que tienes que hacer hoy. Sales a la calle, y algo hace que, sin saber explicarlo, de pronto tengas ganas de comerte el mundo, y seas la más optimista que hay en la calle a esa hora. Otras veces, sin embargo eres la más pesimista. ¿Te levantaste con el pie izquierdo, quizás? No se, pero de pronto te pones a pensar en todos los ratos que te quedan por pasar, en los que has pasado, y en los que quieres pasar, pero sabes que no ocurrirán nunca. Una canción que te recuerda tantos momentos. De repente, recuerdas esa mirada, esa persona y se te dibuja en la cara una sonrisa que no logras quitarte en todo el día. A veces, un abrazo de un amigo, unas risas en medio de clase, una conversación rara, hacen que el día cambie por completo.
Hoy he salido de casa con el mp3 a todo volumen... y he pensado algo: "con un poco de optimismo y una sonrisa en la cara, el mundo se ve de otro color".
Un día de esos que se hacen eternos, pero que, sin embargo no quieres que acaben nunca. Un día en el que intentas verle el lado positivo a todo, aunque sabes que algunas cosas no lo tienen. Un día en el que quieres salir corriendo y gritarle a todo el mundo lo que piensas, querer decir un "te quiero", un "te odio", un "que ojazos" a voces.... Un día de esos en el reflexionas, y te das cuenta que no hay más remedio que pensar que " lo que paso, paso, y que lo que venga, vendrá", porque el presente es este, y no volverá. Un día de esos que quieres hacer de todo menos lo que tienes que hacer. Un día en el que te apetece ir al cine a ver una peli, irte a un parque a tumbarte en el césped y comer chucherías, tomarte un café y charlar con ese amigo al que hace siglos que no ves, y no quedarte estudiando para el examen de mañana. Un día de esos en los que necesitas esos abrazos, esas risas... Un día como hoy.

miércoles, 3 de abril de 2013

Por todo

Esta entrada no va con la intención de emocionar a nadie, ni de hacer reflexionar... Solamente necesitaba dar las gracias.
Dar las gracias por esas risas, por esos abrazos que lo dicen todo sin necesidad de palabras, por esas sonrisas, por esos "no te preocupes, todo va a estar bien", por las eternas llamadas, por las conversaciones que nos sacaban unas risas, por las palabras raras, por los inventos.
Gracias por convertir siempre mis lágrimas en sonrisas, por hacerme reír cuando en realidad quiero llorar. Gracias por hacerme olvidar mis problemas aunque sea por un momento, y por hacer que los malos días se hagan más amenos, por hacerme ver siempre el lado positivo de las cosas. Gracias por las locuras, y por las cosas que... bueno, mejor no las contamos, porque nos tomarían por locos y nos encerrarían en un psiquiátrico. Gracias por los secretos guardados, por las confidencias, por las miradas.
Gracias por los consejos, por animarme siempre, por los mensajes inesperados. Gracias por hacerme pasar momentos inolvidables, y por hacer que a veces llore de alegría. Gracias por hacerme ver , a pesar de todo, que hay cosas que valen la pena, y otras que no. Gracias por hacer que recuerde una y otra vez esos instantes mágicos, aquellos lugares....
Gracias por esos días, esas noches, esas tardes.... 
Simplemente..... GRACIAS... POR TODO.

Creo que, de vez en cuando no está de más dar las gracias a aquellas personas que están ahí siempre, pase lo que pase, y que, aunque en este momento algunas no estén conmigo, se que lo estarán siempre, en mi cabeza, en mis fotos, en mi corazón. Y no sigo escribiendo porque no quiero recordar más de la cuenta, y ponerme a llorar. Y es que la vida me quita de mi lado a personas que ahora, en este momento, necesito más que nunca. 

Hasta la próxima entrada lectores.
Bea.

Os dejo una canción que últimamente la escucho a todas horas.... ^^ 

lunes, 25 de marzo de 2013

¿Otra oportunidad?

La vida no es difícil, somos nosotros los que la complicamos

Y esto es así. Siempre buscamos el lado negativo de todo, hacemos una montaña de un grano de arena, le damos miles y miles de vueltas a todo, nos cuestionamos la decisión millones de veces, pensamos y pensamos antes de actuar, cuando, a veces, lo mas sencillo es dejarse llevar. Así de simple.
Hay trenes que pasan frente a tu vida una vez, y nunca vuelven. No podemos quedarnos pensando en si será el adecuado o no, ni entretenidos en la estación con algo que no merece la pena, ni verlos pasar desde el andén.
A veces la vida debería tener una segunda vuelta, una segunda oportunidad para hacer las cosas mejor.  
¿Vivirías la vida del mismo modo si tuvieras la oportunidad de volver a empezar? Si tuviésemos un reloj capaz de detener el tiempo, de retroceder.... Volveríamos a vivir todos esos momentos tan bonitos que recordamos, volveríamos a esos lugares, y cambiaríamos tantas cosas, tantas decisiones, tantas palabras que dijimos sin pensarlas .. ¡O no!, no estoy yo tan segura de eso. A lo mejor actuábamos igual, ¡quién sabe!.
Pero esto no es la realidad. La vida no te da más tiempo para pensar las decisiones. A veces es ahora o nunca, y no hay segundas oportunidades. Solo tenemos una oportunidad y tenemos que hacer de ella la mejor posible. 

Bea.


viernes, 22 de marzo de 2013

Llega Semana Santa

Se acerca la Semana Grande de Andalucía. En esta semana las calles de cada una de las ciudades de Andalucía ( y de España, en general) están hechas para que el sol las inunde y cientos de penitentes y pasos anden por ellas.
Ya huele a incienso por esas calles, ya se puede caminar al ritmo de las marchas de las bandas de cornetas y tambores, volveremos a escuchar las indicaciones de los capataces, y un "Al cielo con ella" en la voz de los costaleros.
Una semana donde Úbeda se llena de gente esperando esas procesiones, de costaleros cansados tras su recorrido, de músicos con sus tambores y sus cornetas, de penitentes llenos de color, de cofrades con lágrimas en los ojos porque un año más la lluvia no ha dejado disfrutar del día grande de su cofradía. 
En esta semana se cubrirán las calles de la ciudad con los largos y hermosos mantos de las Vírgenes y la elegancia de los pasos de Misterio. Una semana en la que recorremos la ciudad, sus callejones (que normalmente están solitarios), iremos corriendo de una parte a otra, sin descansar para no perdernos ni una procesión. Pasaremos por calles que seguramente no volveremos a pisar en todo el año. Una semana que todo el mundo espera, aunque para aquellos que no son "muy de procesiones" solo sea una semana en la que "por fin no hay clase".
En Úbeda comienza todo con esos 3 golpes en la puerta de la Trinidad. Las calles se inundan del amarillo, verde y blanco de los trajes de los penitentes, que acompañan al "Borriquillo" y a la Virgen del Amor al ritmo de sus grandes bandas. Aunque una de las cosas más bonitas del domingo sea la traca de fuegos artificiales que da por finalizada la procesión.
El lunes Santa María se llena de gente, decenas de personas que esperan expectantes la salida de "Nuestra Virgen de Gracia", virgen bonita donde las haya, y la noche se inunda de azul y blanco al paso de ésta. No hay ubetense que no haya esperado muerto de sueño hasta las 2 de la madrugada para verla "pasear" por la Puerta de Granada. También debo mencionar al Cristo de la Pasión, que recorre en via crucis los callejones más oscuros de la ciudad.
La noche del martes es de silencio. Las calles se envuelven de marrón en el via crucis del Cristo de la Noche Oscura. Este año sale por primera vez "La Virgen de Las Lagrimas". Esperemos que el tiempo y la lluvia nos permitan verla.
El miércoles los ubetenses esperan al gran paso de la "Santa Cena", y las calles se inundan del beige y granate de sus túnicas, y en la madrugada las calles salesianas se inundan acompañando al "Prendimiento", vistiéndolas de verde oscuro.
A partir del jueves comienzan los "días grandes". Me refiero a que en estos días hay que ir corriendo de una parte a otra de la ciudad para no perderse ni una de las procesiones que salen estos días. 
Desde bien temprano, el jueves amanece con olor a incienso, y con un color verde esperanza. Todos los ubetenses ( y no ubetenses) se echan a la calle para ver a "La oración del huerto" y "la virgen de la Esperanza".
Por la tarde, la cuidad se divide en dos colores. Por un lado, de negro y fucsia, acompañando a la Columna, y a La virgen de la Caridad. Por otro, de rojo y amarillo, donde el cortejo de romanos acompaña al cristo de la Humildad y Nuestra Señora de la Fe.
Por la noche, vuelve a reinar el silencio por el casco antiguo ubetense, con la procesión del cristo de la buena muerte, acompañado por el sonido de los bombos, y los pies descalzos de los penitentes vestidos de negro. En la madrugada, en la iglesia de Santa Teresa no cabe ni un alma. Todo el mundo espera la salida de "Jesús en su Sentencia", y por primera vez este año también a la Virgen de las Penas (que el año pasado la lluvia no dejo que saliese por primera vez por las calles).
Al amanecer del viernes Santo, Santa María se viste de morado, para recibir al "Nazareno", "la virgen de los Dolores", y a "San Juan y la Verónica". Tras esta procesión, comienza la de "La Caída  y la "Virgen de la Amargura", vistiendo de morado y blanco las calles.
A media mañana, la Trinidad y San Isidoro se cubren de blanco y negro, y Úbeda acompaña a "La Expiración" y " Mª Stma de Los Dolores", para después dar paso a "Las Angustias" y "El descendimiento de Cristo" entre costaleros, penitentes, mujeres vestidas de mantilla y el sonido de las marchas de las bandas de cornetas y tambores de ambas cofradías. 
Alrededor de las 7 de la tarde toda la ciudad se concentra en un lugar mágico. En la cuesta de la Merced no cabe ni un alfiler, y San Millan entero espera la salida de "La Soledad y María Magdalena" uno de los momentos más esperados de la Semana Santa Ubetense. En esa cuesta, la San Millanera para el tiempo. Sus costaleros la suben corriendo por la cuesta, casi volando diría yo, sin detenerse hasta girar la esquina de arriba. Y es que "La Sole", la Reina del Viernes Santo (para mí), acompañada de  los coros de trompetas, y de sus penitentes vestidos de negro y blanco, detiene el tiempo a su paso, en cada vuelta, en cada calle. 
El silencio y el color negro vuelven a inundar la noche del Viernes Santo con la Salida del "Santo Entierro y El Santo Sepulcro". 
El domingo, "El resucitado" y "La virgen de la Paz" ponen el broche final, otro año más, a la Semana Santa ubetense vistiendo las calles de rojo y blanco.




Este es el resumen de la Semana Santa de todo ubetense, siempre y cuando la lluvia nos deje. 
Esperemos que este año la lluvia y el tiempo nos den una tregua, y nos dejen disfrutar de esta Semana Santa, y de los nuevos pasos que salen en ella.



¡¡Que paseis buena semana santa!!



PD: Demos la bienvenida, además de a la Semana Santa, a los colores, al calorcito, a los helados, a las flores, a las alergias, al sol, a las tardes enteras en los parques, al olor a azahar... Demos la bienvenida a la primavera.